Los zocos no son sólo mercados. Se desarrollaron originalmente en ciudades que adquirieron suficiente fuerza política y económica para convertirse en centros y nudos esenciales del comercio nacional, continental y transcontinental. Miles de artesanos y comerciantes regentaban cientos de talleres y tiendas. Decenas de caravanas llegaban a estas instalaciones cargadas con enormes cantidades de materias primas, productos acabados y semiacabados. Días después partían con preciadas mercancías para comercializarlas a lo largo de sus rutas, o para entregarlas en otras ciudades y países. Esta actividad en cadena continua necesitaba organización y regulación.
Debido a las molestias que causaba en Fez (ruido, contaminación, congestión de las calles), la idea de repartir diferentes partes de los zocos entre barrios residenciales no se reprodujo en Marrakech. Los zocos se desarrollaron como un barrio independiente con varias vías de entrada y salida conectadas directamente con las puertas principales de la ciudad. No hay viviendas en ese espacio, ya que es sólo una zona de trabajo.Los zocos están organizados de forma muy cómoda y fácil de usar.
Inmediatamente alrededor de los zocos se construyó un gran número de foundouks. Algunos de estos grandes edificios se utilizaron como posadas medievales para viajeros de negocios. Otros servían de almacén y algunos de establos para los animales de carga de las caravanas.
La parte central, una gran calle, es una hilera interminable de tiendas minoristas que exponen muestras de lo que hay disponible para que los compradores elijan o encarguen. Fuera de esta parte exclusivamente comercial hay secciones de actividad única ocupadas por gremios especializados en diferentes oficios. Esto explica que nos refiramos a estos mercados en plural: el mercado del hilo, el de los tintoreros, el de los alfombristas, el de las sillas de montar, el de los utensilios (plata, alpaca, estaño, cobre y latón), el del hierro forjado, el de la marroquinería (zapatos, cinturones, bolsos, otomanas, carpetas, fundas de libros), el de las especias, el de los carpinteros, el de los talladores y pintores de madera, el de los tejedores de telas y paños, etc. Estos espacios albergan talleres, almacenes y también tiendas de tamaño normal. Cada gremio dispone de un consejo regulador presidido por un preboste. Este órgano está formado por maestros artesanos elegidos y comerciantes influyentes cuya responsabilidad es controlar la calidad de los productos, garantizar la equidad de las transacciones. Además, ejercen servicios esenciales de mediación en los litigios entre los propios profesionales, así como entre éstos, los proveedores y los clientes.
El trabajo creativo y la buena voluntad de todas estas personas contribuyeron a hacer de los zocos un mundo de maravillas que satisface las necesidades y los gustos de lugareños y viajeros por igual. Además de ser un paraíso para los buscadores de tesoros, los zocos son también un maravilloso entorno humano para explorar.